I won't give up.



Por alguna razón veo en cada persona que se me acerca una señal de pérdida, un síntoma de abandono, una obsesión innata de dejarme con el recuerdo sórdido de la curvatura de sus labios.

Siento como cada segundo pasa y lo único que se ve venir es la ausencia, el frío con las cobijas encima y peor aún, el aroma de un perfume que ya no se compra. Al parecer no estoy hecho para conservar un amor, una amistad, una identidad. Cada vez más pensamientos suicidas me invaden y trato de buscar cualquier cosa que me mantenga a flote, comienzo a intentar no escurrirme entre las cosas que era y que ya no soy. 

Siempre escuche decir a la gente "nacemos para morir, y pasamos toda una vida tratando de no arrepentirnos de hacer nacido", ya me arrepentí. A veces pienso que me hubiese ahorrado tantas cosas, tantos gatillos sensibles al tacto, tantas sogas amantes de mi yugular y tantas balas obsesionadas con mi sien. Tal vez mi única salvación sea encontrar a alguien que sea fanático de mi, de mis poros, que no pueda dormir sin antes haberme abrazado un poco, o que no se pueda ir sin antes despedirse, como si fuese la ultima vez. Salvación difícil.

Me aferro a cualquier cosa para no decaer, a unos amigos que se van corriendo alejándose cada vez más sin siquiera moverse, a una familia que se resigna ante mi partida, a un amor que seguramente no vendrá, y por supuesto, a una dignidad que aunque ya por el piso, el orgullo se empeña en mantenerla por los aires.

Ya no sé cuantas veces me he perdido entre los rieles del tren, o cuantas más me he visto confinado a una caída de 20 metros. Creo que ya no hay nada que ganar. Quizá siga buscando una razón para seguir aquí, luchando contra algo que no me ataca. Esa es mi redundante forma de vivir.

Puede que mañana me agarre de un libro, de una canción, o de una novela mientras pienso en más excusas para alejar a la muerte que me respira en el cuello, ¿qué será de mi cuando esa canción toque su último estribillo, ese libro narre su último párrafo y la novela llegue a su ultimo capítulo? Quizá después de hoy ya no quede nada y trate de retar al destino a poner cianuro en mi café o tiburones en mi baño. 

Me quedan pocos aros salvavidas, y lanzó mi último, ese que espera que alguien le arrebate esta alma al diablo o al menos la comparta un poco.






Comentarios

Entradas populares