El amar

Y después de amar tanto
he vuelto aquí a cuestionarme
si el amor es tan real
como la ausencia del día
o tan falso
como el instinto de quedarse
en las noches. 

Después de dar todos los besos
entendí
que me he quedado para siempre
en deuda
con otras bocas,
a las que ya no podré pagarles
con el peso de mis labios. 

Después de todas las noches
en las que me desvelé sonriendo,
la tristeza se ha tejido en mi cara
cubriéndome los ojos
y cerrando la ventana
del alma. 

Después de tantas caricias
mis palmas se han quedado sumergidas
en una frialdad hosca
en donde mañana se bañarán mis codos
y mi espalda
hasta que ya no quede nada
del verano que sentí. 

Después de tantas canciones memorizadas
no me cabe una palabra más.
Mi garganta, atada
y mutilada,
sólo supo enebrar poemas
y frazadas. 

Después de todo,
la vida me vio necesitado de amar
y me mostró un amor ajeno
que no estaba en mí sentir.
Un amor que no se alcanzó a sentir
por otro
y que estaba ahí,
sobrando.

Después de acabarlo todo
se me agotaron los días
y los instintos,
y terminé
yo
tirado
entre el polvo del suelo
y la luz incierta del amanecer.



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