A los bordes.

¿Nostaste como es mi vida ahora que no estás? Todo mi cuarto esta perfecto, la sábana sin la más mínima arruga, como te gustaba, la ropa planchada y perfumada, los zapatos lustrados y el piso trapeado, el cuadro donde salimos tu y yo, uno al lado del otro como un matrimonio medieval, esta en el punto ideal de alineación, los lápices están ordenados paralelamente y los libros se disponen por color en el armario. Que estricta es mi vida ahora que no estas. Antes no había tiempo de tender las cobijas sobre la cama, para doblar ropa, para trapear el piso por el que nos encantaba correr mientras nos hacíamos cosquillas, nadie perdería el tiempo alineando lápices que nos lanzábamos para medir puntería. O quién se pondría a alinear un cuadro que constantemente tomábamos para mirar cada detalle, para que viéramos como estaríamos en muchos años, para que la fotografía nos vendiera una sonrisa que aún conservabamos. Que tiempos en esos que la sábana era lo que menos se tenía en cuenta, jamás la estirabamos porque dos segundos después, estaría acomodada encima de tu ropa interior. Que tiempos, esos que se fueron, como tu.

"Lo único que me queda ahora que no estas, es mirar que mota hay para limpiar, que mugre hay por recoger y que ropa hay que lavar. Simplemente para matar el tiempo, no sabes que vacío se siente tener una vida perfecta, intacta, sin fluctuaciones ni dilemas, que aburrida una vida que no tengo. Y lo peor de todo, es que no sé si es mejor haber desordenado mi cuarto a punta de los besos que nos dimos, o arreglarlo justo después de abandonarnos. Al final no me abrazaste fuerte, solo me diste la mano como si todo hubiese sido un error, me diste una amistad que sabíamos, estaba confinada, ¿como ser amigos luego de que olvidarás tus panties en mi maleta, o después de entregarnos la vida entera? No se puede ser amigos luego de saber tus secretos, tus arrogancias, luego de haber visto el lunar de tu entrepierna, no puedo ser amigo tuyo cuando mi meta no es abrazarte luego de tus caídas, sino comerte a besos cada vez que tu brazo accidentalmente golpea el mío. No podemos ser nada, ni conocidos.

No sé si encontraré a alguien como tu, no sé, no quiero tener a alguien más que me acaricie la palma de la mano como tu. Además, no creo que alguien se arriesgue a quererme como tu lo hiciste... o lo haces. En fin, no estoy triste, no estoy muriendo a carcajadas, solo que hay algo que mi orgullo no llena, un vacío que ni mi egoísmo logra tapar. Espero que aún conserves mi camisa de rayas azules que te preste el día de tu cumpleaños, espero que huelas la lluvia que cayó ese día, que sientas mi mano sobre el hombro de esa camisa, que no veas nada más que mi perfume besándote los labios. Yo conservó aún tu camisa de The Beatles, esa que me pongo cada vez que quiero recordarte y que me quiero morir un poco; tiene aún ese toque a sándalo que tanto amabas, aun tiene nuestras iniciales en la espalda, es increíble que aún conserves mis manos agarrándote a cada instante. Que aburrido es tener mi cabello prolijo, mi ropa bien puesta y un futuro prometedor, quisiera que estuvieras aquí rompiendo todos los esquemas, desordenándome el cabello, sacando mi camisa del pantalón, y sobre todo, teniendo un futuro contigo, nada prometedor, pero teniendo a barney como mascota. Que tiempos aquellos, en los que lo menos ordenado era la cama."

Comentarios

Entradas populares