El amanecer que no fuimos.



"¿Recuerdas cuando queríamos escaparnos por entre las manchas rojas del cielo? ¿cuando querías correr por el medio de las vías del tren? ¿cuando los globos de helio eran nuestra única salvación ante un mundo que se hunde? ¿recuerdas ese amor que nos juramos en las servilletas del café de siempre, secretamente puestas en una botella que iba y venía en un mar de basura? ¿recuerdas eso, Martín? ¿o tratas de nuevo de sustituir su mirada con mi sonrisa, las dos igual de largas y dulces? Ya no sé en donde empieza tu amor y termina tu ridiculez. En qué momento empezamos a prometernos vidas y carcajadas, para terminar por ver esas lunas que antes nos pertenecía irse con otros dueños enamorados. Qué paso con las estrellas que tenían nuestros nombres grabados, ya le pertenecen a esas noches de otros, que se empeñan en retener un amor que se va como los gritos sórdidos en el silencio. Ya no nos queda nada, lo único que teníamos jamás nos pertenecio, fue como una carta sin respuesta al olvido que seremos. Lo que teníamos le pertenecía a la luna rellena de susurros que de vez en cuando nos daba una pista de propiedad, un trozo de vida que se iba con cada nube que disapaba esos susurros, esos humos invisibles de una piel que se calcina. 

Dime si al final tu aliento se queda donde antes estuvo mi pecho, dime que no encontraste ese amor con el que querías recorrer cada espacio de la tierra, dime que soy tuya y que no eres mío. Y por si no lo dices, lo sentirás, ahí en ese corazón que se aceleraba al verme cerca. Por si no lo dices lo sabré al ver esa pupila oscura agrietándose con mi recuerdo. Por si no lo dices ahí estará mi voz acariciando tu oído, a la espera de qué inventes algo mejor que yo, y que falles en el intento. Sé que su nombre no te hace temblar como el mío, al fin y al cabo, su nombre no tiene ese lunar delgado en la mejilla izquierda.

Vamos a ver en qué termina este teatro en vivo que se actúa en cada una de tus palabras. Tal vez me levante y llore de la majestuosidad del escenario que montaste, o simplemente salga con más decepciones, esperando un poco más de quien siempre espera lo menos. Espero que todo te salga bien, ojalá que al final, mi vestido combine con tu lápida, así como tus lágrimas quedan con mi ausencia." Y me destrozó el corazón, tal vez sea porque entendí el esfuerzo que hacemos por olvidarnos o lo fácil que se nos hace recordar, ya no sé si el corazón me soporte otro latido más, de esos rápidos que salen con cada sílaba tuya.

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