La chica del bulevar.

"Julieta, hace mucho que no te veo, ¿un café?, ahí en la esquina donde nos reíamos del vestido color salmón de la camarera. Quiero contarte que hoy ví a una chica sentada en frente de la escultura donde salíamos besarnos a carcajadas. Tiene tus mismos ojos, profundos, oscuros y un poco sombríos. ¿Te parece si le hablo? Ya me hace falta una conversación personal con alguien. Tal vez sea como tu, tal vez le gusten The Beatles tanto como a ti, tal vez se esconda y me asuste debajo de la cama tanto como tu, no sé. Ya no sé Julieta, siento que hago todo por no encontrarte y termino viéndote en todas partes, que karma este que vivimos.

La chica misteriosa del bulevar siempre se sienta a leer libros románticos a eso de las 2, mañana seguramente me atreva a hablarle. ¿Te acuerdas de nuestro primer sexo textual?, te estabas tomando un capuchino en frente de la farmacia donde tu mamá adora comprar pastillas para dormir, tu sabías que yo te observaba desde la cafetería de al lado. Tu me mirabas inhóspita, sin importancia, me mirabas sin detalle, sin escrúpulo, sin nada. Lo último que pensaba hacer ese día era dirigirme a ti, así que cuando me iba a ir, me miraste de nuevo, pero esta vez con una sonrisa como la monalisa, una mezcla de desesperación, odio y confusión, yo note algo de alegría y miedo, al fin y al cabo si iba a morir ¿por qué no besarte ahora?

Eras callada, sin mucha emoción, querías que me marchara, y lo hice, no sin antes saber todo lo que se puede saber de alguien en los 13 minutos que estuviste pasmada frente a la farmacia a la espera de terminar tu café. Hacia ya mucho sabía donde vivías, no necesite perseguirte para averiguarlo, es más, no era necesario, todos sabían donde vivía la chica amante de los gatos, las camisetas largas y los tacones altos, ¿te acuerdas Julieta? Apuesto a que si, porque al fin de cuentas, fuiste tu la que viniste a preguntar por mi ese viernes trece de octubre, de ahí, ya todo andaba mal.

Le hablaré, le llevaré un café, y si le gusta el café, posiblemente ahorre para un vestido de novia. ¿Te parece si le pregunto su nombre, o es muy apresurado?, llevaré una caja de chocolate, por si además de casarse quiere tener hijos conmigo. Eres la única que conoce gran parte de lo que soy, eres mi más difícil conquista, por lo que usaré la experiencia de la peor batalla. Llevaré rosas blancas así como te gustan, quizá ella cierre los ojos al olerlas justo de la manera en que lo haces. Haré un broche similar al que llevas siempre en tu maleta, puede que así no me pueda olvidar, y si lo hace, guardaré el broche ahí donde están mis cartas a santa, en lo que pudo ser y no fue.

¿Debería desistir? ¿retroceder y jamás acercarme a la chica del bulevar? ¿tu que opinas?, si la busco ¿seré yo quien cruce la puerta al final?, o quizás deba jugarme esa reina de corazones a mi favor, con la que siempre te ganaba en el poker. Ya no sé Julieta, no se si irme por todo, o quedarme sin nada, total, esta puerta está hecha para despedidas frágiles."



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