La madrugada adecuada.

Si llegas y no me encuentras, debe ser que te fuiste y yo me quede a esperarte una vida que se me va, ya sabes lo que dicen, todos se van, y aunque regresen, nunca vuelven. 

Este reloj de arena seguirá dejando caer las migajas que un día sentimos , hasta que ya no quede nada, lamento no poder sobrevivir tanto, ser tan inmortal como para ver mi libertad irse entre un amor que nos correspondía, pero que no era la madrugada adecuada, nunca lo era. 

Ya me rendí hace mucho, ya van miles de horas sin verte, un par de decenas de lunas llenas sin tocarte, y unos pocos tercios de segundo sin pensarte. Cuando el amor se va y se aferra al hombro, somos más conscientes del tiempo, que siempre nos amenazaba con lo inevitable, le habíamos perdido el rastro hace muchos eclipses, pero el siempre pasa a saludar, a tocar la puerta en el momento que la risa ya no es tan joven, mi espalda tan derecha ni mis ojos tan agrietados, el tiempo es ese amigo lejano que no lleva una hoz, ni una harapienta capa negra, pero que nos advierte de un final, un final que nadie quiere pero que muchos añoran. Deseo mi final, tal vez no hoy, no mañana, pero de seguro será ahí, en esa cama donde charlabamos y reíamos, mi final llegara y me besara la mejilla como diciendo "Buenas noches", quiero un final perverso que me haga suspirar.

Comentarios

Entradas populares