El teatro.

"Odio cuando el amor es ese amante que madruga a irse, que no quiere quedarse, y cuando lo hace es para cargar un par de vidas encima, para robarse el mejor botín, unos suspiros mezclados con algo de vacío. Mi madre hablaba siempre de su suerte, de su buena vida, de su vida plena, supongo que no se puede ser generoso con unos pies en el cielo, por el contrario, no te puedes demorar en el viento, todo el mundo tiene derecho a descansar en él, así que quien sube en menos de un suspiro baja, algunos nunca lo hacen, y terminan viviendo un poco más. Volar es un lujo finito, pero cobra con la vida, una vida que se va mientras pierdes tiempo buscando cielos más elevados. Mi madre murió joven, pero era de esperarse, una casa en el aire se paga con poco tiempo de existencia.

Ahora prefiero vivir con ataduras, sin riesgos ni dilemas, no quiero volar, no quiero correr ni sentir la brisa rozando las arrugas futuras de mi piel, no quiero sueños, no quiero besos como puñales, si la vida es un equilibrio, sé que me premiará con una vida larga, aunque afortunada o desafortunadamente eso me asesine un poco. Decidí ya no hablar de amores, no mirar a nadie, no sentir a nadie, decidí ir detrás de lo que no quiero, soñar los sueños de otros, compartir una vida conmigo, vivir una vida que no es mía. Mi vida es perfecta, así que he decidido también regalársela a alguien que quiera morir enseguida, joven, pero conociendo un poco el paraíso; si tener un trozo de cielo me cuesta la vida, prefiero no pagar el precio, no estoy lista para morir, no sin antes haber visto el declive de todos mis enemigos, no soy tan fuerte.

Así que si hoy mueres Martín, mañana estaré lista para irme. Hoy, como todas las noches, dormiré sola, comeré sola y leeré un poco de vida, sola. Soñaré callada, los mejores asesinatos se planean en silencio, iré discreta por mi destino, no empuñaré un arma ni un bastón, basta solo con ver como la muerte va pasando la cuenta de cobro de esos días, de esos tiempos dorados, y ese día Martín, ese glorioso día, nos veremos las caras, tu tocando el infierno agonizante, y yo mi trozo de cielo que tanto esperaba, el que me merecía.

Ojalá no mueras pronto, necesito tiempo para calcular tus segundos tristes, no es fácil contar toda una vida. Si ves a mi madre, dile que me perdone, que no soy tan organizada ni tan débil como parecía, si la ves, dile que nos veremos pronto, que no falta mucho." Si supieras cuántos desean mi muerte, no tendrías tiempo de ver mi agonía, no hay tantas sillas en este teatro.

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