Honey.

La vida no puede ser mejor para la gente mala. Hubiésemos podido destrozarnos el corazón y no tendríamos este sentimiento que nos derrite la garganta y no nos deja hablar, ni siquiera llorar. Ahora ya no sé si confiar en esa frase de cajón, esa que mi padre te repetía día con día al oído, "si amas algo, dejalo ir, que si él también te amó, volverá", supongo que amabas demasiado, pero yo no lo suficiente por lo que parece. 

Pero no creas que te olvidé y te arrojé al baúl de lo que importará luego, no, aún sé que te gusta Thinking out loud, y que te sabes a la perfección la coreografía. Tengo buena memoria, y sé que te regale unos zapatos azules con bordes oscuros y cordones blancos, los odiaste de inmediato, aunque también sé que los regalaste a escondidas, lo supe cuando fingiste no encontrarlos y darte igual su pérdida, que desperdicio de cariño el mío, el dinero regresa.

Por si se te olvida, vengo con mil historias que contarte, traigo un manual sobre ti, por si no recuerdas quién eres. Quisiera que tuvieras las perdiciones que a veces éramos, pero no, la basura siempre la cargo yo. Ojalá aún sepas el significado de tu pelo lacio y oscuro, la definición de esas mejillas marcadas y esos ojos grandes, ojalá seas consciente del concepto que eres, aunque sé que lo olvidas.

Fuerte como roca, pero a tres centímetros, quebradizo como el cristal. Sé que al final arrugaré esto y lo quemaré, tal vez sea porque cada palabra te insinúa una vida juntos, un apoyo incondicional y un par de promesas incumplidas. Así que solo esperaré o te dejaré, no sé que es más fácil, al final ni te querías quedar, a lo mejor era que el destino quería ahorrar el azúcar del café y la espuma de tus labios, quizá la necesitemos luego, para otras conversaciones y otros amores con más sentido, eso debe ser.

Ve, busca a alguien con más ganas de casarse en las nubes que yo, encuentra a alguien con quien compartir las vecindades de tu tumba, a alguien que destroce tus fotografías a los dos segundos de tu total ausencia, ojalá no pierdas el tiempo, ojalá. 

No pidas tu muerte, la vida no puede ser lo suficientemente generosa contigo.

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