Fear.

No me he enamorado jamás pero hablo de amores épicos, como si los sintiera, como si supiera que se siente tener un millón de agujas bajo la piel que rasguñan y dividen y enferman y muelen... pero bonito. 

Pero hoy hablaré de lo que si sé. Y tal vez el universo tenga razón, y no por complejos de inferioridad o falsa modestia y ni siquiera por falta confianza propia, pero si, tiene razón. La vida misma se ha encargado de perseguirme segundo a segundo con todos mis miedos, arrancando todas las bases fuertes y seguridades que he construido con el tiempo. En un mundo donde el canon es físico, la microtia es un muy mal "acto divino". Que difícil es dormir con el enemigo, querer arrancarlo de una vez por todas, quitarse un gran peso de encima, pero no se puede. Siempre he escuchado "Dios predispone a sus mejores guerreros para las peores batallas", y qué guerra la que estoy perdiendo.

Sé que Dios nunca me abandona, que está conmigo, ahí, justo en donde la vida me vuelve a quitar ese último talón de donde me sostenía. Y así ha sido mi vida durante todo su recorrido, hostil, dura y maleducada. Quién sabe cuantos lo verán como algo nada peligroso, nada cortopunzante y hasta algo gracioso. Pero la verdad es otra, la verdad es que cuando tu debilidad está al lado izquierdo de tu cara, no hay fortaleza propia que resista. Quisiera a veces, dejar de tener ese cumulo de ansiedades heredades en lo acuoso de mis ojos. Dejar de sentir obsesiones, temores, miedos y angustias, pero como dije algún día, "la vida no es demasiado buena para los que el mal, si les dura 100 años".

A veces quisiera pensar que ese es mi único problema, pero no, al verme al espejo cada mañana, encuentro un resumen de batalla tras batalla, pérdida tras pérdida, acumulándose una a una, asiendo fila para ganarse ese ultimo espacio en tu espalda para la puñalada trapera, de esas que no curan, de esas que se sienten pero no se ven. Y aunque he tratado de ganarle a todo lo malo que el destino me colocó en el camino, no he podido. Tal vez había que darse por vencido desde el principio para ganar un poco.

 Mis problemas han forjado quien soy, "soy lo que me enseño mi padre" dicen por ahí. Y sí, mi padre me enseño a luchar, a seguir ahí "aunque el frío muerda", pero quiero creer que ya no puedo más, que me dí por vencido, que el espejo no aguanta otro golpe, que la vida es un poco más dura de lo que todos creían. Mi enemiga y compañera, la que nunca me abandona ni aunque ese fuera mi último deseo, que pena que lo que más odias es lo que mejor te acompañe.

Pero sé que puedo un poco más, aún tengo un par de bases rígidas que sé que se acabarán con el tiempo, que la vida se encargará de romper poco a poco, pero aquí estoy, aquí me quedo, luchando contra lo que soy y queriendo morir un par de veces al día. Y aquí estaré, al menos hasta que mi última arma este acabada, hasta que la ultima puñalada se consuma, hasta que el ultimo trozo de espejo sobreviva, o al menos, hasta que el infinito dure.

Comentarios

Entradas populares