Whisper.

Al final, desistió. Olvido como ganar en ese juego que ella misma había inventado.

Decidió quedarse. No tuvo alternativa al darse cuenta que sus dedos temblaban a la par que su voz. "No me iré", dijo mientras intentaba encontrar los argumentos aparentemente inexistentes; mientras tanto yo luchaba por contener mis brazos que parecían de otro cuerpo, querían rozar sus codos. Yo no pude decir nada, no había nada que decir.

Tal vez ella ignoraba el poder de sus palabras, o quizá ni sabía qué decía. Yo si, y por eso sabía que después de ese "no me iré" habría un rotundo "hasta nunca", que luego se convertiría casi de inmediato en un "lo siento". Y aunque debo admitir que aunque me jurara no volver a buscarla terminaba siempre ahí, tocando su puerta o escribiendo su nombre.

"Un muy buen día me libraré de ti" decía mientras el contacto visual con tu fotografía se hacía cada vez más cortopunzante. Quizá nunca me libre de ti, o bueno... al menos hasta que mis brazos encuentren su dueño.

Lo más probable es que la única manera de olvidarme de sus sonrisas silenciosas y de su cabello lacio como los hilos de agua, sea olvidarme de mi también. Olvidar quien soy y convertirme en lo que odio, empezar por cambiar las sabanas y terminar intercambiándome por unos cuantos kilos de seguridad.

Lamentablemente ni con toda la seguridad y confianza del mundo lograría contener tus miradas verdes con marrón, porque eres tú y yo simplemente soy yo.

Quizá habría que esperar un poco para encontrar a alguien que empiece por encerrar su mano en mi pecho y que logre hacerme perder la noción del tiempo con solo parpadear. Quizá me siente en este sillón donde solíamos hablar hasta la madrugada a esperar que alguien llegue con tu olor en las manos y tu corazón en el pecho. Quizá espere demasiado a alguien que simplemente será el resumen de ti o que fantásticamente huela como tú. Quizá no haya nadie afuera, quizá todas sean como tú, quizá ni siquiera seas tú quien solías ser. Solo quizá.

Por ahora trataré de no sentir la voluptuosidad de tu ausencia, aunque esa sensatez de la almohada me lo recuerda cada noche, esperando a que le hable de algo distinto a ti, esperando a que cambie de tema y hable de mi, ese que necesita su primera oportunidad.

Hoy, quizá, crea por ultima vez en tu "no me iré", o también puede que aún falten muchas inocencias mías y muchas mentiras tuyas. Puede que a mitad de la noche se te escapen susurros que huelan a despedida o que posiblemente tus suspiros intenten hablarme de un "por siempre" en ese braille inexplicable que afortunadamente para mi, he aprendido a descifrar. Probablemente mañana cambies de opinión o probablemente jamás vuelvas a irte.

Lo único seguro es que yo seguiré aquí mañana esperando a que el "mañana" aún exista para ti. Y aquí sigo, susurrándole al viento que la verdad vendrá pronto, pues la mentira no es eterna.

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