Deathless.

13 días van contados en esa almohada donde desprendo todo lo que pienso y luego le pido consejos. 13 días.

En 13 días se puede recoger todo el amor del mundo y prenderle fuego.
13 días para secuestrar al olvido y obligarle a confinarse a una caja de la cual no se puede escapar.
13 días para arrumar todo el odio en una esquina y hacerlo arrodillar.
13 días para preguntarles por ti y descubrir que te escondes de todos nosotros.
No saben nada.

En 13 días pudiste convertirte en alguien más.
13 días para tinturarte el pelo, cambiar de ropa y tapar tus mejillas inconfundibles.
13 días para evitarme y 13 días para intentar recordar mi nombre.
13 días.

Parece poco, pero en 13 días he podido organizar en cajones todas las carcajadas.
13 días para saber que tus risas dobladas se encuentran al fondo del armario junto con mis 293 monedas de distintos países.
13 días para intentar descubrir los rastros que dejaste sobre toda la alfombra, el mueble y la bañera.
13 días para hallar tus huellas por toda la casa e intentar limpiarlas con un poco más de tiempo.
13 días para jugar en lo que sé ganar, la pérdida.

Pasaron las horas y seguías siendo una prófuga de mis miradas, huyendo de mis pupilas dilatadas tratando de encontrar las tuyas deleitantes.

Al final te delataste, 14 días y llevabas el perfume de siempre.
Te encontré en mi cochera,
te veías como el primer día,
con la vida en los ojos y la muerte en la boca.

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