Him

"Lamento dejarte sin mis palabras en los últimos meses. Sabes que me convierto en un desastre cada vez que intento reducir todo lo que pienso en unos párrafos.

Ayer pasé por la casa de tu tía abuela. La bombilla de la entrada estaba encendida a plena luz del día. Supongo que la despreocupación y el olvido es un legado familiar.

No sé si esta sea una de esas cartas en las que ni siquiera sé que escribo. O si sea de aquellas en las que cada frase que te cuento ha sido repasada una y otra vez en mi memoria como un trabalenguas a punto de recitarse. No sé si estoy cuerdo en esta palabra o lúcido en la anterior a esa. Sé pocas cosas. Entre esas pocas sé que tienes dos enormes lunares a los cuales solo les puede ver su majestuosidad si pones los ojos sobre tu piel. Se esconden bajo tu barbilla, justamente encima de tu garganta que sobresale como el Everest. 

Sé también que debajo de tu almohada conservas las mismas tres pastillas para dormir de siempre. Las que nunca funcionan porque siempre terminas dormida con mi brazo sobre tu pecho agujereado. También, ahora que acabo de escribir eso, sé que a veces abres tus ojos lentamente como si tus pestañas formasen una orquesta sórdida que mueren por sonar. Sé que me miras y hueles la huida que se esconde entre mi respirar ruidoso. Sé que piensas unos instantes y que luego vuelves a cerrar los párpados tan suavemente que pareciera existir un gran tambor estruendoso bajo ellos. 

Hueles bien. Aquí te escribo desde algún lugar que seguramente reconocerás debido a mi falta de misterio y a mi total predecibilidad. Lamento eso. Lamento no ser un rompecabezas difícil de descifrar y una historia mal contada que desde el inicio se conoce su final. 

Creo que me despediré como suelo hacerlo. Espero que mientras escribo estas últimas frases empieces a sentir como mis labios secos y cortopunzantes se acercan a tu frente aterciopelada e intentan rasgarla. También espero que no hayas estado en la espera desesperante de mis letras. Ya sabrás que no son tan buenas y que detrás de toda la semántica, existe un puñado de incoherencias y horas de arrepentimientos sobre lo que he escrito. Supongo que siguen ahí, aun no se han ido pero, al menos, ya no duelen tanto, solo un poco si sabes ubicarlas bien.

No sé si te escribiré pronto. Probablemente. Estoy en una lucha interior en la que si no ganó tendré que lanzarme de un veinteavo piso como premio a mi otro yo vencedor. Espero que tus plegarias estén guiadas a mi ganancia. Espero verte pronto, si no sucede ni el pronto ni el vernos, ya sabes donde estaré, justo ahí donde tu pecho parece rellenarse y donde tus lunares dejan de temer.

Con amor, él."

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