Wave

Tenía mi mirada atravesando su corazón,
mi quijada apretando su ombligo preciado,
mis dedos cabalgando por sus vertebras curvilíneas
y mis labios nadando en su pecho nítido.

Ella perforaba mi boca con su respiración,
rompía mi miedo con su cabello rubio,
separaba mi garganta con sus dedos sedosos
y rasgaba mis mejillas con sus pestañas rudas.

Luego,
nada.

Me dolía,
me ha dolido desde que uso la memoria,
aunque la memoria dejó de funcionar ayer,
al entregarte tu último collar.

Han pasado 3 años,
quizá 7,
no lo sé.
No sé en qué momento mi piel empezó a agrietarse,
o cuando el humo del cigarro empezó a volverme ciego.

Ayer estabas sonriéndome al abrir la ventana,
y ya hoy mi mano anciana olvidó como elevarse,
como yo,
contigo.

Vivía de recuerdos como lo hacen los que no tienen amor,
o como los que no creen tenerlo.
Cerrar los ojos era una marea de sensaciones.
Mi boca ahogada por sus besos,
sus pulgares presionándome la garganta
y su ombligo coqueteando con el mío.

Vámonos de aquí,
vámonos lejos,
donde el recuerdo ya no duela,
donde mi marea
se enamore de tu viento.


Comentarios

Entradas populares