Rubíes

El tiempo ha pasado muy lento para mi gusto. Parece que se esconde de mí y que cada vez que pasa ruega para que mis ojos no sean capaces de verlo. Me huye.

No sé si tú lo has convencido de que me olvide y de que mi existencia solo es un recuerdo de años pasados.

Mi cabello empieza a ponerse gris y a penas recuerdo cuando fue la última vez que vi mi piel sin arrugas y mi alma sin agujeros. Supongo que eso hace el tiempo, repartir tu alma por el mundo para que al final seas un retazo de miles de vidas que, así como yo, aún no saben dónde se quedó la parte que les falta.

A veces siento que te extraño, aunque sea un poco. A veces siento también que llenas mis orificios. Pero luego siento culpa y la culpa evita que tus manos de color rosa pálido oculten los espacios vacíos que tengo desde que te fuiste. No me has dejado mucho, un par de zonas que no te servían a ti, me arrebataste mis zafiros y mis perlas y me dejaste con todo el carbón y la arena seca. No me di cuenta en qué momento empecé a perder valor, a ser poco valioso y a dejarte que huyeras con mi marfil y mi oro.

Soy romántico al pensar que me lleve todo lo que no servía de ti queriendo repararlo, llevarlo de nuevo contigo y sentirte a la perfección, sin un rasguño y con todo tu rompecabezas encajado.

Quise resolverte aunque para eso usara partes de mí que no sabía que necesitaría siempre. Pero estábamos bien, compartíamos las partes vitales y aunque de vez en cuando me faltara la respiración, mis rubíes en tu pecho lograban acomodarme.

Ahora que ya no sé de ti en un largo rato, me ha empezado a faltar el aire, a sentir como mi garganta se cierra y mis ojos parecen tratar de huir lo más rápido que pueden. Afortunadamente aún tengo recuerdos que pesan más que todo tu oro y valen más que todos tus quilates. Me mantienen aquí, con vida.

Ya los he agotado, a todos ellos. Solo me queda uno, un solo recuerdo que aun de rodillas me pide que no lo haga, que sobreviviremos un poco más. Creo que no. Ese último recuerdo me salvará la vida esta noche y luego de ello, nada. Lo he vuelto a sentir, la mandíbula apretada y los párpados brotados, ahora valgo mucho,
demasiado
diría yo,
poco,
dirías tú.

Imagen relacionada

Comentarios

Entradas populares