Inframundo

Y hoy decido que volveré a ti, que no importa lo mucho que cortes y desgarres. Regresaré al lugar donde me ahogo pero al momento siguiente se me hinchan los pulmones con un oxígeno indescriptible y tranquilizante. Voy corriendo a amarrarme a tus palabras que me atraviesan como balas, a tus miradas que rompen mis espejos y a tus besos que mienten como espías. Espérame que voy llegando al lugar que más me ha dolido para sentirme vivo, porque la vida es aburrida si no se sangra un poco.

Volveré a ti porque aunque debería estar caminando en dirección contraria, retrocedería pronto. Volvería porque en tu ausencia vivo, pero contigo siento la vida. Volvería porque aunque no te necesito, me agarraría a tu pecho como quien lo ha perdido todo y solo le queda una posesión que le quieren arrebatar. 

Espero que aún no te hayas cansado de estar frente a mi casa. Espero que sigas ahí como todas las veces que estuve yo frente a la tuya. Esperando una puerta abierta, un saludo en ventana o un beso en portón. Voy con todo lo que tengo a quedarme de donde no debí irme, a donde pertenezco. A donde tu boca me acribilla pero al instante siguiente me resana los agujeros y me devuelve del inframundo. 

Hoy he decidido volver a ti porque ahora me toca a mi arrebatarle tu alma a Hades y pelear con Cerbero para pedir tu vida a cambio de la mía. Ahora soy yo quien te agarra del brazo y te saca del fango, quien servirá de puente, quien te cargue y te lleve al lugar seguro aunque yo me hunda en la penumbra.

Pero cuando llegué me asombré de que siguieras ahí, de que no hayas movido un pie desde la última vez. De que aún tuvieras tu sonrisa inmóvil y tus letras estáticas. Tus flores sin marchitar y tu suelo tan verde como siempre. Llegué a apoderarme de ti, como lo hago cada lunes, cuando recuerdo que me he perdido y que necesito encontrarme. Cada lunes vuelvo a ti, a no soltarte, a calentarme en tu pecho en llamas y a congelarme en tu silencio inagotable. Hoy te traje tulipanes, los dejaré al lado de las flores que dejó tu padre, me quedaré un rato más para que me repares, para recargarme y poder salir sin desvanecerme y volver la próxima semana.

Hoy decido volver a ti, como todos los lunes desde que te fuiste y me dejaste aquí, sonriendo con tu foto inmóvil y rodeada de tanto silencio como te gusta. Hoy vuelvo a ti, aunque mi vida temporal ya no alcance para salvarte de las garras de la muerte eterna, y mi voz inaudible se pierda entre tu silencio sórdido. Volví, y como todos los lunes, no sé si para siempre.



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