Lugares

Para cuando el aire decida volver, 
ya me habré ido contigo
a lugares donde el oxígeno no existe, 
a lugares donde mis pulmones agarran tu piel 
y respiro tu cuerpo.

El tiempo me ha desnudado, 
me ha mostrado cicatrices incapaces de sanar 
y miedos con monstruos invisibles 
y respiraciones desaceleradas.

Voy a lugares donde las palabras no significan nada 
y hablamos con los labios cerrados 
y los ojos abiertos. 
Lugares donde el amor no se convierte en odio tan fácilmente. 
Lugares donde mi yo interior ya no es invisible, 
donde mi cuerpo levita 
pero mis pasos retumban como una estampida de búfalos que huyen de leones.

Me quedaré ahí
donde el tiempo no vale oro,
el frío alumbra en la penumbra
y la penumbra no aparece ni apretando los ojos. 
Un lugar lleno de luces 
donde es mejor lamentar que prevenir,
donde hay males que duran cien años
y los años no parecen ser más sabios.
Pero aún en el paraíso parezco faltante
porque no me encuentro donde antes lo hacía,
porque la compañía se deshecha
y la soledad completa suena a sinfonía divina.

Volveré contigo, 
a ese lugar que me contaste, 
donde nadie sabe de ti
aunque todos sepan de todos.
Seremos los únicos seres destinados 
rodeados de otros sin complementos ni coincidencias.
Por fin seremos iguales en un mundo lleno de gente única. 

Por ahora sólo me queda esperar, 
acabará pronto, 
el silencio sórdido se convertirá en sonatas de Bach. 
Mis dedos helados romperán las leyes termodinámicas 
donde la energía se desaparece a deseo,
el equilibrio no existe
y en mi cero absoluto estás tú,
llevando vida a mis venas
y trayendo salida a mis penas.

En este último acto de rebeldía
pediré que me esperes
para convertir a mi boca en alma
y a tu recuerdo en cuerpo.
Que me des esta tarde tardía
para juntar nuestras sienes
y transformar en calma
tus risueños besos en cuerdos sueños.



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