Cura

No necesitaba una cura para mí. Necesitaba una tierra plana con final en los bordes donde me pudiera caer a un vacío infinito y fugaz. Necesitaba una tumba de barro escondida en el cielo y una lápida de algodón que se renovara con el viento. Necesitaba velas liquidas que rodearan mi cuerpo flácido y mi alma de hierro. Necesitaba un camino que se pudiese recorrer con mis ruedas hechas de lunas que nunca se dedicaron. Roídas de la soledad y calcinadas en el olvido. 

Busco tu cura. Una cura que no mejorara nada. Una cura que pedías a gritos pero que no necesitabas. Una cura que al tragarla haría desaparecer la caja donde guardas tus problemas. Una foto mía en corbatín, una flauta de madera tropical y cientos de noches inutilizadas. Tu cura sería la mía. Que tú no necesitabas y que yo tampoco. Tu cura hubiesen sido las llaves de mi grillete. Pero no creía en la existencia de una cura y yo tampoco quería zafarme. Una cura que parecía mas una condena que un alivio. Una cura sin blancura con ataduras duras.

Un buen día me pregunté si éramos la cura del otro. Desaparecería la enfermedad de querernos al desaparecer tú de mí y yo de ti. Pero la enfermedad me ponía a saltar y a buscarte entre noches infinitas y pensamientos corrosivos. La enfermedad me hacía reír hasta mostrar los ganglios. Nos era difícil imaginarnos sanos y sin dolores. Pero aunque quisiera que la enfermedad me dejara postrado en una cama contigo, quería correr. Quería otras cosas similares a una cura pero que significasen seguir en metástasis contigo, sólo contigo.

Busco una cura para ti que sé que soy yo, pero que si sea capaz de dejarte. Una cura decidida y no desecha como yo. Así que aunque yo no necesitaba una cura, dejé que fueras la mía. Que te alejaras como las aves en atardecer y como el viento en la serranía. Fuiste cura de una enfermedad incurable. Yo me quedé sólo con un cáncer que no sabía hacer otra cosa más que reducirse hasta que un día desapareció. Volví a mí sanidad y tu a la tuya, sin saber que la sanidad era en realidad una cacería y que estábamos justo a lados contrarios del rifle. 



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