Malvada

Hoy somos extraños.
De esos extraños que se extrañan,
que de tanto recordar se rompen.
Hoy somos extraños
pero nos conocíamos ayer.
En esos ayeres turbios
y difíciles de regresar.
Te escribo,
malvada,
para que no me hables de hoy,
para que me hables en pasado
y me leas despacio.
Hoy desprecio el ahora,
donde somos extraños.
Miénteme
y dime que durará mucho,
aunque hablemos del ayer,
y que ya hoy la eternidad abismal
haya tocado fondo.
Hoy somos extraños,
pero te llevo flores como si te conociera.
Al fin y al cabo
tu vida está en mi casa
y no puedo nombrarla.
Decirle un nombre
y que venga corriendo.
Todo lo que hago es arrepentirme.
Arrepentirme de mi extrañeza,
y de la tuya.
Hoy somos extraños,
pero tú,
malvada,
sigues sin extrañarme.



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