Faro

Se ha caído el faro
que alumbraba mis mares
y me guiaba a ti.
Perdido a la deriva.
Cegado en la neblina.
Ahora todos los caminos
yacen oscuros
incluso a plena luz del día.
No sé cómo llegar
sin que me busques.
No sé cómo encallar
sin que me alumbres.

Se ha caído el faro
y mis barcas amarradas de tus puertos
se soltaron
y me persiguen
como la marea al viento.
Siento enojo,
una rabia desesperada
como remar en círculos.
No sé donde estoy
y me culpo por no saber navegar a solas,
en silencio
y en favor de mi voluntad.

Se ha caído el faro
de tanto mirarlo
sin reconocerlo.
Intento aceptarlo,
una aceptación que naufraga,
un naufrago a la vista,
sin salvación.
Se ha caído el faro
de cansancio
y de ansiedad
de tanto esperar a que mis barcas
se acurrucaran a tus pies,
como aves en los mástiles

¿Me alumbrarás de nuevo
algún día?
¿Volverán mis barcas
a sentir la tranquilidad
de los remos quietos,
la tierra firme?

Se ha caído el faro
que creí eterno
y duradero
como el encierro en mar abierto.
Un faro que no puedo reconstruir
porque se ha llevado sus derrumbes
para armarlos en otra isla.
Una isla donde las barcas
también alumbran el mar
de pura voluntad.
Una isla donde los faros
no se caen
de ser los únicos alumbrando
a la oscura soledad.




Comentarios

Entradas populares